viernes, 25 de octubre de 2013

"Zona franca", lo que la Reforma Hacendaria se llevó

Seguramente el 2013 será recordado en la historia nacional como el año de las reformas. Aquella frase del Presidente Enrique Peña Nieto (EPN) al llegar a sus primeros cien días de gobierno: "No vengo a administrar sino a transformar el país", parece que condenó el rumbo del país y también desató el descontento social.
Noé Alí Sánchez Navarro
Como estaba previsto, la reforma fiscal o hacendaria, como la ha llamado el presidente, ha generado más rechazo que la misma reforma educativa, quizá porque más allá de afectar a la clase media del país, ha terminado por rozar los intereses de un sector que parecía intocable: los empresarios.
Una de las regiones más afectadas por la reforma fiscal sin duda es toda la zona fronteriza con Estados Unidos, la homologación en la aplicación del impuesto con el resto del país que pasaría del 11% al 16%, pone en riesgo el equilibrio y prosperidad de esta región.
Para académicos, expertos y ciudadanos de la frontera, el peligro de esta reforma para la vida fronteriza recae en la inminente posibilidad del aumento de precio en los servicios, la fuga de empresas extranjeras a otras partes del mundo, reducción de salarios, y seguramente el aumento de compras en los Estados Unidos, que traería consigo la informalidad e ilegalidad.
A finales de la década de los sesenta se estableció el proyecto de la Industria Maquiladora de Exportación en México, el objetivo era ofrecer una fuente de empleo que elevara la calidad de vida de los fronterizos y así evitar que éstos emigraran hacia el vecino país.
Aunque el proyecto de la maquiladora era temporal se establecieron diversas empresas de este tipo en las ciudades fronterizas más importantes, uno de los factores que atrajo más inversión fue la cantidad de mano de obra y lo barato de ésta.
Ciudad Juárez es una ciudad que se ha construido y forjado en base a la Maquiladora, la mayor parte de su vida productiva depende de la inversión extranjera y de lo que ahí se produce y se vende en otras partes del mundo, nos guste o no, la maquiladora es el oxígeno de esa ciudad. 
Esta reforma afectará directamente a la maquiladora, y por ende a los trabajadores, mismos que verían disminuidos sus ingresos hasta en un 40%. Imagínese usted lo que significa para la vida de la cuidad y las familias si somos consientes de que un gran sector de la población se dedica a esto, la reforma amenaza con asfixiar a la frontera.  
Desde hace años se había planteado la posibilidad de hacer de Ciudad Juárez una zona franca, es decir, un área cuyo principal objetivo fuera promover el progreso a través de la producción de bienes y servicios destinados al mercado extranjero. Aplicando un régimen especial en materia aduanera, de comercio exterior e inversión de capitales, y que así los bienes o materiales provenientes de otros países no fueran considerados de importación.    
Durante su campaña presidencial, Enrique Peña Nieto visitó Ciudad Juárez, era el primero de abril de 2012, en ese mitin el entonces candidato se comprometió a dos cosas, darle un trato preferente a Juárez en el régimen fiscal y la construcción de academias regionales de policías, tal como lo hizo durante toda la campaña, ante notario público y dejando su firma en un enorme pedazo de papel. 
Aquel domingo de abril Enrique Peña dijo: “Mi compromiso es para que México crezca tres veces más de lo que hasta hoy ha crecido, y que para fortalecer realmente el mercado y la capacidad de exportación de Ciudad Juárez, y generar empleo, necesitamos darle un trato de excepción dentro del régimen fiscal, ese es mi compromiso y lo voy a construir al lado de ustedes”.
A días de llegar a su primer año de gobierno y lejos de cumplir aquella promesa que se dio al calor del encuentro con una ciudadanía ilusionada con el cambio, Peña le mintió a Ciudad Juárez, es más, el presidente ni siquiera ha pisado esa ciudad desde aquel día de abril.
La zona franca para Ciudad Juárez, sólo fue una estrategia, un trampolín y nada más. Peña Nieto no sólo faltó a su palabra con una de las ciudades mas devastadas por la inseguridad y violencia en los últimos años, sino que además de eso le dio una bofetada a los juarenses con la homologación del IVA.
El centralismo ha terminado por dejar en el olvido a la ciudad, los del centro ven a la frontera más cerca de los Estados Unidos que como parte de México. Juárez está sola, ni sus mismos representantes en el congreso fueron capaces de oponerse a la reforma, la dejaron pasar y listo.Para nadie es una novedad que Ciudad Juárez ha despertado el interés nacional sólo cuando se habla de violencia e inseguridad, hay que recordar que la ciudad saltó a la escena internacional a raíz de los asesinatos de mujeres, pero fuera de eso se encuentra en el olvido.  Un ejemplo es el último plan nacional implementado para favorecer a la ciudad, fue: ¨Todos somos Juárez¨, un programa para combatir la violencia y que al concluir la pasada administración la ciudad volvió a quedar donde mismo, lejos.
Esta ciudad es una maqueta de lo que pasa en México, las reformas nos han dividido, polarizado y han puesto en conflicto. La Reforma hacendaria es un golpe para todos los niveles, le pega por igual a ricos y a pobres, a empresarios y trabajadores.
Para el gobierno es una reforma con sentido social y una puerta al desarrollo, mientras que para la sociedad, los que trabajan y pagan impuestos, es el último escalón antes del precipicio.
Créame, si en México cobráramos impuestos por cada mentira que los políticos dicen en campaña, en vez de hacerlo por adquirir una mascota, nos iría mucho mejor.


viernes, 11 de octubre de 2013

Show a la mexicana: Crónica de una tragedia anunciada

El pasado 5 de octubre quedará marcado como una de las fechas más trágicas y dolorosas para el país, el espectáculo denominado “Monster Truck”, realizado en el marco de las actividades del Extremo Aeroshow 2013 en la ciudad de Chihuahua, pasó de ser una tarde familiar a una noche de luto en un breve instante. 
Por: Noé Alí Sánchez Navarro / @noesanz
Las imágenes son impactantes, desgarradoras e incomprensibles; entre más las ves, menos entiendes cómo se permitió hacer un espectáculo de ese tipo en esas condiciones. Fuera de toda lógica lo más probable sucedió: un accidente mortal.
Nueve personas murieron (hasta este momento), entre ellas menores de edad, y más de cincuenta resultaron heridas, algunas aún se encuentran hospitalizadas. El incidente se originó cuando una camioneta alterada y reconstruida para este tipo de espectáculos, denominada “Big Show”, embistió a una parte del público asistente después de realizar un segundo salto sobre vehículos que se encontraban en el centro de la improvisada pista.
Lo sucedido fue el resultado de una secuencia de grandísimas irregularidades. El evento se realizó en un parque llamado “El Rejón”, mismo que no cuenta con las condiciones mínimas para albergar un evento de este tipo. Aunado a eso, la seguridad tanto para los espectadores como para los conductores de las camionetas, era de nula a inexistente.
Para empezar, gran parte del público estaba de pie, ¡sobre la pista! sin ninguna barrera que delimitara el espacio en el que debían de estar, mientras que aquellos que estaban sentados, lo hacían sobre unas gradas, también improvisadas, de lámina y sin ninguna barrera de contención.
Este tipo de espectáculos, que regularmente se realizan en los Estados Unidos, se han empezado a presentar en México desde hace tiempo. De hecho, en la ciudad de Chihuahua no era la primera vez que se realizaba. Pero, aunque las comparaciones en este momento no sirven de nada, la verdad, es que la seguridad, logística y ejecución de este tipo de eventos de un país a otro, tienen un mundo de diferencia.
Segundos después del fatal accidente, todo era confusión, las personas corrían de un lugar a otro, desesperadas, asustadas y aterrorizadas.
El Extremo Aeroshow 2013, se realizaba en el marco del cierre de la gestión como presidente municipal de Chihuahua, de Marco Adán Quezada Martínez. De alguna manera representaba su última actividad pública, previa a su tercer y último informe de gobierno, que fue suspendido por el accidente.Así se puede ver en los varios vídeos que están circulando en internet, mismos que fueron tomados por personas que se encontraban en otro punto del parque, y que lograron captar el preciso instante del accidente. Los cuerpos de seguridad atendieron inmediatamente la situación, pero ni eran suficientes ni estaban preparados para una contingencia de esa proporción.
Ante un suceso de estas magnitudes, es indudable que tiene que haber responsables y es ahí donde viene lo más delicado de la situación, porque parece que, como es una costumbre en México, el hilo se romperá por lo más delgado.   
Los empresarios han culpado al conductor de hacer mal el recorrido. Francisco Velázquez Samaniego, quien manejaba la camioneta y que sobrevivió al accidente, asegura que durante la maniobra ocurrieron varios accidentes.
Primero, perdió el casco que llevaba puesto y posteriormente se golpeó contra unos tubos quedando inconsciente. Perdió el control del volante y atropelló a parte del público que se encontraba en esa zona.  
Los organizadores se han deslindado de toda responsabilidad. Tuvieron que pasar tres días para que el representante de la empresa hiciera acto de presencia. Su postura: el conductor de la camioneta es el total responsable por haber cambiado la rutina.  
En este aspecto hay dos situaciones a destacar: En primer lugar, un día antes, se había presentado el mismo espectáculo, y aunque la camioneta no pudo realizar la segunda vuelta por una falla mecánica, el plan era el mismo para los dos días.

En segundo lugar, en los vídeos se puede apreciar que en ningún momento hay alguien que realice alguna señal o indicación para que el segundo brinco no se realice. Es decir, si los organizadores sabían que ese no era el recorrido, ¿por qué no lo detuvieron?
La sorpresa e inconformidad por parte de la sociedad no se ha hecho esperar. Hoy en día, las redes sociales se han convertido en un detonante de la protesta e inconformidad social.
A través de una cuenta de Facebook que cuenta con más de 44,000 seguidores, se ha brindado apoyo a Francisco Velázquez Samaniego, nombre real del conductor de la camioneta, con la intención de que se castigue a todos los responsables, entre ellos a los organizadores y a las mismas autoridades que aprobaron el evento.
Otro de los movimientos ha sido una carta virtual dirigida al gobernador del Estado de Chihuahua y también en apoyo al conductor. Al término de este artículo contaba con 32,573 firmantes.
Ante lo sucedido, queda claro la gran ausencia de seguridad en el evento. Con el paso de los días se han dado a conocer más cosas que apuntan hacia la omisión por parte de las autoridades correspondientes en lo que refiere a un espectáculo de esta naturaleza. La lógica parece sencilla: ante espectáculos extremos, seguridad extrema. Ésta última no fue invitada.
Aunque algunas personas indican que el recorrido que hizo el conductor no era el adecuado o el previsto, está claro que si lo hubiera hecho en el sentido contrario de igual manera hubiera terminado por arrollar a las personas que estaban en las gradas, que tampoco contaban con la protección adecuada.
Lo que más me duele, además del sufrimiento de la gente, es que seguramente no aprenderemos de esta experiencia, que las autoridades seguirán aprobando este tipo de eventos que, lejos de promover el entretenimiento y esparcimiento familiar, terminan por poner en riesgo la vida.
Entiendo el dolor y coraje de los familiares de las víctimas, pero si queremos que esto no vuelva a pasar en ningún lugar del país, es importante que la justicia no dependa de nombres y puestos. Al rompecabezas de la tragedia ¨Monster Truck¨, le faltan piezas y responsables, entre otros, los organizadores, las autoridades de gobierno y protección civil.

No puedo imaginar a Francisco Velázquez Samaniego con la intención de provocar esta tragedia, asumo que lo hizo como una vuelta más, como parte de su trabajo, sólo que en esta ocasión, la negligencia y nula seguridad marcaron la crónica del trágico recorrido.

Juventud sin derechos: El origen de la indignación

Es común escuchar a la clase política mostrar su preocupación por los derechos de los jóvenes, especialmente cuando hay un proceso electoral por delante. En campaña, los políticos prometen que atenderán las necesidades de los jóvenes, reconociendo la importancia que éstos tienen para el país, pero a la hora de gobernar, la preocupación queda sólo en eso, en un discurso vacío y sin acción. 
Noé Alí Sánchez Navarro / @noesanz
Los últimos años han sido reflejo de que la acción política e institucionalizada está lejos de la realidad que viven los jóvenes, del cumplimiento de sus derechos, y de oportunidades reales de desarrollo. Al contrario, se han transgredido los derechos de los jóvenes con la implementación de programas sociales con una fuerte mirada “adultocéntrica” y asistencialista, además de que recientemente se han convertido en las principales presas de la inseguridad, el narcotráfico y la violencia.
En México existe una brecha que cada día se hace más grande y profunda, entre lo que es y debería de ser. Los jóvenes mexicanos son prueba de ello: se han convertido en víctimas de un sinnúmero de condiciones que han terminado por poner en peligro no sólo su futuro, sino hasta su vida. 
El discurso del gobierno se ha agotado, para nadie es una sorpresa que los jóvenes hayan terminado siendo utilizados como plataforma para propuestas políticas, pero que en la ejecución de las mismas son los grandes ausentes. Tampoco representa una novedad que los mismos jóvenes se han convertido en víctimas y victimarios en la lucha contra el narcotráfico y de los carteles de la droga.
El discurso del gobierno se ha agotado, para nadie es una sorpresa que los jóvenes hayan terminado siendo utilizados como plataforma para propuestas políticas.
La situación en la que viven muchos jóvenes representa la carencia de derechos fundamentales, y esto tampoco es nuevo, históricamente la juventud mexicana se ha construido a través de la casi inexistencia del derecho a la educación, seguridad, empleo, salud y participación política.
Por ejemplo, no todos caben en el sistema escolar, los que logran terminar una carrera profesional tienen serios problemas para conseguir un empleo digno. Sin empleo no tienes acceso al sistema de salud, e históricamente las expresiones políticas de los jóvenes son seriamente cuestionadas e incluso violentadas, la represión, y el uso desmedido y desproporcionado de la fuerza pública en las últimas manifestaciones sociales son sólo una muestra de esto.
Lo anterior no sólo hay que recriminárselo al Estado, aunque ciertamente es el principal responsable, en ello también tienen mucho que ver los medios de comunicación, que a través de estereotipos han proyectado a la juventud como perezosa, rebelde y violenta. Y la misma sociedad, que no ha sabido qué hacer con sus jóvenes y se ha convertido en el principal juez de sus acciones.
Es cierto que se han hecho algunos esfuerzos por garantizar los derechos de los jóvenes, pero éstos siguen siendo aislados y descontextualizados, lo anterior ha traído como resultado la desconfianza de los jóvenes en el Estado. Los jóvenes mexicanos no creen en las instancias gubernamentales, no creen en la policía, no creen en el aparato de procuración de justicia, y le aseguro que esto no es culpa de ellos.
Los hechos ocurridos en los últimos días en México, donde hemos podido ver el enfrentamiento entre policías y grupos de manifestantes, dejan en evidencia la alarmante lejanía que hay entre el sistema y los jóvenes.
Estamos siendo testigos de un Estado que condena y criminaliza la manifestación, la protesta y el desencanto social, que recrimina con rudeza el uso de la calle, espacio autentico, propio y estrechamente ligado a la juventud.
Estamos siendo testigos de la precarización de los jóvenes, que lejos de tener acceso a sus derechos, se encuentran expuestos ante la violencia, tanto del Estado como del crimen.
Y lo más alarmante, también estamos siendo testigos de la precarización de los jóvenes, que lejos de tener acceso a sus derechos, se encuentran expuestos ante la violencia, tanto del Estado como del crimen. Desde las manifestaciones del 1 de diciembre, por la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como presidente, hasta la del 2 de octubre, por la conmemoración de la matanza de Tlatelolco, la violencia se ha hecho presente.
Cierto, debe preocuparnos que durante las manifestaciones o protestas se presenten actos vandálicos por parte de los manifestantes, pero también deben despertar nuestra preocupación los excesos y abusos cometidos por parte de las autoridades en cada una de las manifestaciones. Tan sólo para la más reciente movilización, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) dispuso de más de 4.000 policías.
Los jóvenes mexicanos no ven al Estado como un defensor de sus garantías y derechos, al contrario, en él han encontrado a su peor enemigo, y eso tampoco es un hecho reciente. La indignación, la desilusión y el desencanto de los jóvenes no son sucesos nuevos ni aislados, representan las biografías e historias de miles de jóvenes.
Hechos como los ocurridos en el Bar "Heaven" en Tepito, en la discoteca "News Divine", en San Salvador Atenco, en la colonia Villas de Salvárcar y en el poblado de Loma Blanca en Ciudad Juárez, son sólo algunos de los "catalizadores" que han despertado la indignación, porque han sido sucesos donde ha quedado al descubierto la incapacidad del Estado por proteger a sus jóvenes.
México no está escuchando a sus jóvenes, les ha quitado incluso el derecho de tomar la palabra. Para entender lo que sucede actualmente con las expresiones y manifestaciones juveniles, hay que ir más allá del repudio al gobierno actual y el recuerdo del movimiento juvenil de 1968. Hoy, estamos siendo testigos de la indignación acumulada por los hijos de un país que no ha sido capaz de brindarle los derechos fundamentales a sus jóvenes.Veo con mucha tristeza como el gobierno desde sus diferentes niveles, las instituciones, los medios masivos de comunicación y hasta la misma sociedad, condenan todas las expresiones de los jóvenes por defender sus derechos; juzgan sin escuchar sus demandas y propuestas y se limitan a criminalizarlas.

martes, 8 de octubre de 2013

Mundo: Desempleo Juvenil

Los jóvenes desempleados en el mundo siguen aumentando alarmantemente,   lo anterior es reflejo del abandono en el que se encuentran las y los jóvenes, que lejos de ser el futuro, están padeciendo un presente desalentador. 
Según el informe de la OIT, aproximadamente 75 millones de jóvenes menores de 25 años se encuentran desempleados.  


"Apostar todo por los jóvenes, lo demás son detalles"

"Los jóvenes mexicanos no ven al Estado como un defensor de sus garantías y derechos, al contrario, en él han encontrado a su peor enemigo, y eso tampoco es un hecho reciente. La indignación, la desilusión y el desencanto de los jóvenes no son sucesos nuevos ni aislados, representan las biografías e historias de miles de jóvenes"